Cómo hacer un palacio mental: 5 pasos para lograrlo

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El palacio mental es una técnica de memoria que nos permite evocar información a partir de su asociación con un lugar o espacio familiar para nosotros. Este sitio puede ser una casa, un departamento o una calle que transitemos con frecuencia, y en el cual colocaremos, imaginariamente, los conocimientos que queremos almacenar.

También se le conoce como palacio de la memoria o método de loci, palabra que proviene del latín y que significa “lugares”.

¿Cómo se configura un palacio mental?

Todo parece indicar que el método de loci exige una activación significativa del hipocampo (entre otras áreas), parte de nuestro cerebro que se encarga de codificar memorias, regular emociones y facilitar la navegación espacial.

Siguiendo esta línea, nuestro palacio mental está compuesto por: 

  • Ubicación espacial: el lugar conocido que modelamos en nuestra memoria.
  • Asociación de emociones: la vinculación de tópicos con estaciones (lugares estructuralmente relevantes de la casa o departamento que hayamos escogido) de manera creativa o absurda para dotarlos de significado. 
  • Codificar: recordar activamente la información a partir del juego simbólico (imitaciones, gestos, historias absurdas) que se generó con los tópicos a memorizar.

Una vez entendido esto, es momento de crear nuestro palacio de la memoria.

5 pasos para construir un palacio mental

1. Toma como referencia lugares conocidos

Los escenarios que nos son familiares son más fáciles de modelar o visualizar en nuestra mente. Estos están construidos a partir de emociones y experiencias personales, lo que suele facilitar la memorización efectiva.

Es crucial que sintamos con precisión cada punto o estación del lugar conocido antes de comenzar a memorizar, por lo que inclinarnos por nuestra casa o departamento puede ser un buen comienzo. Otros lugares recomendados pueden ser la casa de tu infancia, un lugar de veraneo, el departamento de tu mejor amiga, la casa de tus padres, en fin.

  • Es decir: para este paso basta con que elijas una casa o un departamento conocido.

2. Sigue una ruta coherente

El segundo paso es modelar en nuestra mente la ruta que vamos a atravesar. Es fundamental “desplazarnos” por la casa sin esfuerzo y de manera coherente, ya que esto nos ayudará a identificar más fácil las estaciones o elementos estructurales.

Recordemos que la ruta debe ser intuitiva y lo más lógica posible: comenzamos en la puerta de entrada, cruzando las distintas habitaciones y estancias, hasta algún final conveniente (por ejemplo, la pieza al fondo).

Es necesario que nuestro punto de vista, es decir, desde donde miramos nuestro palacio de la memoria, siempre sea de frente, ya que nos ayuda a crear la sensación de estar realmente ahí y nos permite detectar mejor todos nuestros puntos de apoyo.

  • Es decir: en esta etapa cierra los ojos e imagina la casa o departamento elegido de principio a fin. Nada más por ahora. Olvídate de los detalles y colores. Hablamos más bien de la sensación de estar ahí.
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Piensa en una casa o departamento conocido. Si cierras los ojos es más fácil evocarlos, pero con práctica no será necesario mantener los ojos cerrados.

3. Identifica las estaciones de tu palacio

Una vez que fijamos la entrada como punto de inicio, es momento de identificar las estaciones que hay en el lugar elegido. ¿Qué son las estaciones? Lugares estructuralmente relevantes, tales como la puerta de entrada, sofás, camas, sillas, lavabos, lavadoras, muebles, repisas, esquinas, umbrales de puertas, escaleras, mesas, etc.

Se recomienda marcar un patrón de avance para reconocer las estaciones (o microubicaciones) con mayor facilidad, en especial cuando te detienes frente a una estación. O sea, ir siempre de arriba abajo, de izquierda a derecha, o en el sentido de las agujas del reloj. Por ejemplo, cuando te veas frente al portón de entrada de una casa, puedes aprovechar tanto la esquina izquierda del portón como la esquina derecha. La idea es que siempre veas de izquierda a derecha, para garantizar la recordación de los elementos en el orden correcto.

Después de estandarizar el recorrido, enumeramos mentalmente cada punto y definimos en dónde empezar a colocar nuestras asociaciones para su posterior codificación.
  • Es decir: en esta etapa basta con que vuelvas a recorrer la ruta de forma imaginaria, pero eligiendo estaciones. Se recomienda anotar las estaciones en una planilla o en un cuaderno, de modo que, cuando te toque practicar tu palacio, tengas la certeza de que vas en el orden correcto.

4. Evita estaciones imposibles

Unido al punto anterior, es fundamental que al elegir las estaciones de nuestro escenario, evitemos aquellas que no son alcanzables para nuestros ojos. Por ejemplo, debajo de una mesa o una cama, detrás del refrigerador, o arriba del techo (salvo que hayamos estado ahí).

Esto podría ocasionar que nos cueste un poco más de trabajo recuperar la asociación que utilicemos en ese tipo de estaciones, y por ende no podremos memorizar bien.

  • Es decir: procura que tus estaciones sean visibles según un punto de vista real, tal y como si estuvieras ahí.

5. Crea tus asociaciones o codificaciones

Después de ubicar nuestras estaciones y elementos visuales importantes, ¡es hora de  hacer mnemotecnias! Hay que asociar los tópicos o conceptos que queremos retener con los objetos que hemos identificado en nuestro palacio de la memoria.

La recomendación es hacer las conexiones a través de historias absurdas, divertidas o relevantes para que nuestra memoria las evoque fácilmente (recuerda que lo peculiar es más memorable para la mente).

Por ejemplo, si necesitas recordar comprar leche en el supermercado, quizá puedas imaginar una vaca bailando sobre la mesa. Luego, tan solo resta decodificar: «¿qué había sobre la mesa? Una vaca bailando… ¡Ah, debo comprar leche!».

Recuerda que el método loci es una técnica que funciona con muchos temas, especialmente aquellos que pueden jerarquizarse, segmentarse o clasificarse, como leyes, funciones biológicas, listados de músculos y huesos, la tabla periódica, poemas, fechas históricas, temas médicos, constantes y fórmulas físicas, entre otros. 

  • Es decir: piensa en cosas del mundo cotidiano que te recuerden al concepto que quieres recordar; esa será tu asociación mental, y dichas asociaciones son la que tendrás que imaginar en las estaciones (codificación) para posteriormente traerlas a la memoria y poder recordar correctamente lo memorizado (decodificación).
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Hay varias técnicas para crear asociaciones mentales efectivas. El atleta de la memoria Manuel Vergara Vial creó el Método SAI para facilitar este proceso: segmentar el tema a memorizar en conceptos aislados, asociar cada concepto por separado con algo conocido, y luego interaccionar todas las asociaciones entre sí, resultando una historia absurda (por ende, mucho más memorable).

Tips adicionales para crear un palacio de la memoria

  • Es mejor elegir estaciones grandes para “visualizarlas” más fácil en nuestra mente cuando queramos decodificar.
  • Cuando visualicemos el palacio mental siempre hay que hacerlo hacia la misma dirección: de arriba abajo, de izquierda a derecha.
  • Cuando elijas estaciones, es posible que lo hagas a partir de imágenes mentales estáticas, tal y como si estuvieras de pie en el lugar. Es posible que de esta noción provenga la idea de la memoria fotográfica en algunas personas.
  • El repaso periódico es fundamental para hacer más sólido nuestro palacio mental. Date el tiempo de repasar las estaciones y las asociaciones. Incluso puedes hacerlo mientras caminas, lavas los platos, cuelgas la ropa o realizas otras actividades cotidianas.
  • La primera vez que construyas el palacio podemos dibujarlo o apoyarnos de fotografías para marcar la ruta coherente e identificar los escenarios. De hecho, puede ser buena idea grabar la casa de un amigo para usarla como palacio más tarde.
  • Si necesitamos aprender varios tópicos o temas diversos, lo recomendable es elegir casas distintas para cada palacio de la memoria. Por ejemplo, para el listado de huesos del cuerpo podría ser la casa de tu abuela, y el listado de músculos, la de tu pareja. O bien el Código Penal para la casa de tu mejor amigo, y el Código Civil para el departamento de tu prima.
  • Para las asociaciones mentales, procura arrojar tantos sentidos como sea posible. Es decir, si imaginas una vaca para recordar leche, piensa en el mugido de una vaca, siente el olor de la leche, evoca su textura. Esto fortalecerá la huella de la memoria y facilitará la posterior decodificación.

Teniendo el paso a paso de cómo crear un palacio mental, solo queda ponerlo en práctica. Podemos empezar con tópicos que sean de nuestro interés o con información de nuestro día a día, como memorizar la lista del supermercado para comenzar.

Recordemos que esta técnica es tan poderosa que permite memorizar tremendas cantidades de información y es, de hecho, la base del atletismo mental y de la memorización efectiva. Lo más importante es que cuando queramos aplicarla, debemos disfrutar del proceso y encontrar poco a poco nuevos palacios mentales donde depositar nuestros conocimientos.

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