Para fortalecer la memorización de nuevos tópicos, las asociaciones mentales se presentan como una alternativa rápida, efectiva y probada. Estas se forman a partir de nuestras propias ideas, experiencias y recuerdos, facilitando así que la información pase como una memoria a largo plazo.
Gracias a su naturaleza imaginativa, ayudan a comprender, profundizar, almacenar y reforzar información con mayor eficacia. Por eso, es importante conocer cómo construirlas si queremos adquirir conocimientos más duraderos.
¿Qué son las asociaciones mentales?
Las asociaciones mentales son técnicas de memoria que, por medio de la creación de imágenes en la mente, facilitan la codificación y posterior recuperación de los conceptos o aprendizajes.
Es una estrategia didáctica mediante la cual se establece una relación coherente entre distintos elementos. Por lo mismo, es clave que mantengan una relación lógica al menos para nosotros, aunque no lo sea para el resto.
Esta es la primera y más importante de las reglas de las asociaciones mentales: son personales. Con esto no queremos decir que no podemos utilizar asociaciones mentales genéricas; al contrario, si una asociación mental funciona bien para todo el mundo y también para nosotros, genial.
Esta relación puede darse por principios de contigüidad, semejanza, entre otros. Un ejemplo sería cuando dos palabras nos resultan similares fonéticamente y esto provoca que las asociemos de forma inmediata:
- Florencia – Flor
- Pedro – Piedra
Es decir, si conoces a una Florencia y explícitamente la imaginas sosteniendo una flor, lo que estás haciendo es creando una imagen mental -una asociación- del nombre de ella con respecto a algo que tú conoces (una flor). Lo mismo si conoces a un Pedro y lo imaginas sosteniendo una piedra.
Esta dinámica, tan sencilla en apariencia, es una de las bases del atletismo mental y, con la estrategia adecuada, permite memorizar incluso libros completos.
¿Cómo se producen las asociaciones mentales?
Todo parece indicar que hay ciertas estructuras que son fundamentales en la producción de asociaciones mentales. Hablamos específicamente de la amígdala y el hipocampo, las que se encuentran íntimamente conectadas.
Por un lado, la amígdala representa el centro de las emociones, y por otro, el hipocampo es clave en la formación de memorias a largo plazo. De este modo, y por algún motivo que aún no termina de entenderse, lo emocionante resulta más memorable.
Por eso, es necesario que las imágenes o asociaciones mentales se construyan imaginando situaciones absurdas, alegres, ridículas o sorpresivas, de modo que se fortalezca la codificación (y posterior recuperación) de los temas a memorizar.
Esta estrategia, gracias al acto de evaluar la información de forma consciente, puede tener un impacto positivo en el aprendizaje. Recordemos que la memorización efectiva no es solo repetir hasta el cansancio; al contrario, debe ir de la mano con una apropiada estrategia de aprendizaje.
Tipos de asociaciones mentales
Conocer los distintos tipos de asociaciones mentales nos permitirá elegir la más apta cuando la necesitemos para memorizar.
- Por palabra idéntica: si queremos recordar que un artículo habla sobre las definiciones de una ley, podemos asociar definición por TV de Alta Definición.
- Por rima: si queremos recordar la definición médica de migraña, podemos pensar en una araña con dolor de cabeza (es más fácil de imaginar una araña que migraña a secas).
- Por letras iniciales: para memorizar la palabra focalizar en un poema, podemos pensar en foca.
- Por representación visual: para memorizar la fórmula de calor específico en termodinámica, podemos imaginar una llama de fuego.
- Por consonante: para memorizar la sigla del elemento manganeso (Mn), podemos pensar en un mono.
- Por equivalencia de primeras letras: para recordar la palabra dendrita, podemos pensar en dentista.
Nótese que siempre asociamos con cosas conocidas por nosotros, como un mono o una foca (ejemplos de personajes), o una llama de fuego y una TV de alta definición (ejemplos de objetos).
Es decir, siempre imaginaremos objetos o personajes conocidos. Así es mucho más probable que la mente conecte y pueda generar una memoria a largo plazo. Luego, sencillamente resta decodificar. Este último paso es clave.
Ejemplo de decodificación
Si en un examen final de algún ramo de medicina se me pregunta por la definición de migraña, basta con preguntarnos: ¿a qué me suena migraña? ¡Ah, araña!, ¡Cierto, una araña con dolor de cabeza!
Este es un ejemplo extremadamente sencillo. Lo recomendable es crear asociaciones mentales en cadena para poder decodificar un tópico de manera más completa.
En este caso, crear una historia absurda en la cual una araña tiene dolor de cabeza y por tal motivo se toma un jarabe de cierto elemento, y así sucesivamente (según lo que necesitemos memorizar; por ejemplo, una posología, o un diagnóstico).
Pasos para hacer asociaciones mentales
Para empezar con el proceso de asociación debemos seguir algunas reglas que lo facilitarán:
- Segmentar
De los conceptos o tópicos a memorizar debemos elegir palabras clave. Por ejemplo, si queremos aprender algún artículo de la constitución, seleccionamos una palabra clave del artículo en cuestión que nos ayude a recordar rápidamente de qué se trata (lo común es que se elijan varias palabras clave, para luego hacerlas interactuar entre ellas). A estas palabras clave las llamaremos segmentos.
- Relacionar o asociar
Mientras más original y genuina sea la nueva asociación, más probable será la creación de una memoria a largo plazo. Acá podemos usar cualquiera de los tipos de asociaciones ejemplificados arriba para lograr con éxito asociaciones duraderas.
- Visualizar o imaginar la asociación arrojando tantos sentidos como podamos
Debemos imaginar la asociación en nuestra mente y detenernos en las sensaciones que nos genera dicha asociación; si pensamos en una manzana, debemos sentir el olor de la manzana, el ruido de una manzana al ser masticada, el sabor de la manzana en el paladar.
Asociaciones mentales: una técnica de estudio
Las asociaciones mentales son más que una simple técnica de memorización. Bien implementadas, son también una técnica de estudio, pues pueden favorecer todo el proceso de aprendizaje. Solo recuerda decodificar, lo que sería el equivalente al active recall.
Asimismo, usar tu imaginación puede ayudar a centrar tus recursos atencionales, lo que puede contribuir a la vez a sostener mejor tu concentración.
No olvides que las asociaciones mentales son la puerta de entrada a la memorización efectiva. Con este tipo de técnicas de memoria podremos adentrarnos en el fascinante mundo del atletismo mental, mediante el cual podremos memorizar series de números colosales o incluso libros completos de memoria.
Finalmente, se aconseja que las asociaciones mentales sean siempre un complemento a técnicas de memoria adicionales, por ejemplo, que vayan acompañadas del método loci o palacio de la memoria . Así, podremos dar el gran salto a memorizar todo lo que queramos.
Si quieres aprender a implementar asociaciones mentales en tus propios desafíos académicos y profesionales, te recomendamos ver nuestra masterclass gratuita, en donde te enseñamos a hacerlo paso a paso.
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